Cuando nos enfermamos, solemos sentir la presencia de esa desagradable flema que nos alerta sobre un posible resfriado o alguna otra infección respiratoria, por lo que se torna molesta durante algunos días.
La flema que se aloja en nuestra garganta contiene todas bacterias, virus o células inflamatorias producidas por una infección, por lo que nuestro organismo se ve en la necesidad constante de limpiar la garganta, ya sea a través de la tos o la secreción nasal.
La mucosidad llega a nuestro cuerpo de forma voluntaria, es por ello que algunas personas no se preocupan por tratarla, ya que suele desaparecer cuando nuestro organismo se ha recuperado. Sin embargo, aunque no es un problema de salud grave, si la flema no es tratada oportunamente, puede llegar a obstruir e irritar los bronquios, que a su vez puede causar una infección respiratoria secundaria.
Remedios caseros naturales y eficaces para combatir la flema
Jugo de limón
La propiedad antibacteriana del limón y el alto contenido de vitamina C, mejoran la resistencia del cuerpo a las infecciones.
Instrucciones:
Añade dos cucharaditas de jugo de limón y una cucharada de miel a un vaso de agua caliente. Bebe este remedio al menos tres veces al día para calmar la garganta y reducir la producción de flema.
Otra opción es cortar un pedazo de limón, espolvorear un poco de sal y pimienta sobre él y luego chupar la rodaja de limón. Haz esto dos o tres veces al día.
Agua salada
Hacer gárgaras con agua salada y caliente es otra manera fácil de tratar la flema. Mientras que el agua caliente calma tu garganta irritada, la sal ayuda a destruir las bacterias que pueden estar causando la infección, y reduce la creación de flema.
Instrucciones:
Mezcla una cuarta de cucharilla de sal, en un vaso de agua tibia, y haz gárgaras con esta sustancia. Repítelo varias veces al día.
Vapor
La inhalación de vapor es la manera más simple y efectiva de librarse de la flema. La aspiración de vapor por los conductos nasales ayuda a mantener la flema en forma líquida, por lo que es más fácil para tu sistema eliminarla.
Intrucciones:
Vierte sobre un recipiente grande un poco de agua hirviendo. Coloca una toalla sobre tus fosas nasales e inhala el vapor por cinco a 10 minutos. Esto te ayudará a aflojar las secreciones existentes en tus pulmones. Puedes repetir este procedimiento varias veces al día.
Cúrcuma
La cúrcuma tiene fuertes propiedades antisépticas que ayudan a reducir la flema, ya que mata las bacterias que causan la producción excesiva de moco. Además, la cúrcuma ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.
Instrucciones:
Agrega una cucharadita de cúrcuma a un vaso de leche caliente. Bebe un vaso en la mañana y otro antes de ir a dormir.
También puedes tomar media cucharadita de cúrcuma con un vaso de agua, dos o tres veces al día o añade una cucharada de cúrcuma y una pizca de sal a un vaso de agua caliente, y comienza a hacer gárgara con ella.
Jengibre
El jengibre es un descongestionante natural que se ha utilizado desde hace mucho tiempo, para combatir el dolor de garganta y las infecciones del tracto respiratorio.
Además, las propiedades antivirales, antibacterianas y expectorantes presentes en el jengibre, suavizan la congestión y ayudan a respirar mejor.
Instrucciones:
Añade una cucharada de jengibre fresco a una taza de agua hervida. Déjalo reposar durante unos minutos y luego añade dos cucharadas de miel. Bebe este té de jengibre varias veces al día.
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